miércoles, 7 de julio de 2010

Taxista en Nueva York

Un día sin duda para recordar, pero sin duda un día para mejorar el domingo. Durante este mundial, y después de tantos y tantos halagos y parecía que veniamos a pasearnos, hemos crecido partido a partido, rozando la perfección, adorando al balón, y haciendo de este noble deporte un arte.

Haciendo memoria, entre partido y partido de este mundial, mis primeros recuerdos futbolísticos se remontan diéciseis años atrás, en Estados Unidos, no entendía muy bien de tácticas, ni de porque Abelardo nunca llegó al balón de Baggio, ni porque Salinas se estrelló contra Pagliuca, pero recuerdo que lloré viendo a Luis Enrique sangrando, y dándolo todo por su país. Por fin el futbol se equipara al baloncesto, tenis, ciclismo...

Este equipo ha conseguido unificar a un país bajo una bandera, que hasta hace dos años seguía la gente relacionando con símbolos del pasado, que afortunadamente son pasado, pero por fin sentirse un equipo, un país, un color, una bandera.

Si ganamos o no, esto es futbol y el futbol no es lógica, es pasión, es fe, y ante todo imprevisible, pero podremos presumir que somos los que mejor jugamos al fútbol.

El domingo, la segunda parte

¡VIVA ESPAÑA!

1 comentario: